Procesos de Un Ritual

Entendemos que un ritual es la forma en que se lleva adelante un sinnúmero de pasos y reglas pre establecidas que nos lleva a la ejecución de los actos del culto. En nuestro caso, estas reglas no son estrictas e invariables, por el contrario, ellas, a pesar de su existencia, siempre quedará a la libre inspiración y creatividad del Sacerdote oficiante.

Es más, un ritual responde a una manifestación cultural determinada en que cada pueblo, según sus mitos, valores y principios que los definen, se expresa. De manera que, para nosotros, no existe un ritual más evolucionado que otro, por más que los mismos se lleven adelante, en un palacio, en un templo o en la propia naturaleza.

Nosotros en Umbanda creemos que el rito es muy importante, porque ordena las mentes de las personas que van a participar del ritual, previamente preparados para tomar contacto con el mundo espiritual.

En efecto, toda la preparación previa al ritual, es un ritual en sí mismo, ya que nos preparamos física y mentalmente para participar de este evento sagrado, como evento de la creación misma que es (el cosmos génesis) y que nosotros evocamos cada semana, para experimentar el contacto con lo sagrado.

Como ritual sagrado que es, merece nuestro mayor respeto y dedicación. En los rituales de Umbanda, además de involucrar a Sacerdotes e iniciados, también involucramos al mundo espiritual, o sea, el plano Astral, donde moran las Entidades Espirituales.

En la construcción de nuestros rituales, además, consideramos a las Entidades Espirituales, porque ellas también tienen sus propias tareas que cumplir en el plano donde evolucionan¹. Entonces, cuando nosotros tenemos marcado el día, la hora y el lugar donde vamos a realizar un ritual, debemos tomar en cuenta todas las variantes, tanto materiales, como espirituales de todos los que en el participen.

De manera que, en esa hora, en esa hora sagrada, es que vamos a tener la conexión con el mundo espiritual. Cuando obtenemos esa conexión con el mundo espiritual, nosotros experimentamos una transformación de nuestra existencia. Aquellos pasos sagrados se tornan aún más sagrados y sacralizan también a las personas que están allí dentro.

Entonces, transformamos nuestra existencia que era (hasta ese momento) profana en sagrada, desde el preciso momento que entramos en contacto con el mundo espiritual.

Así pues, desde el momento en que saludamos las aruandas o asentamientos, ya estamos mudando nuestra existencia que era profana, para lo sagrado, y allí, cuando hacemos la invocación, el rito propiamente dicho, la gente comienza a experimentar una nueva dimensión de existencia. Pues, nos encontramos en  el Santuario, en el ámbito más Sagrado de nuestro Terreiro: Congal, donde se realiza la transformación de nuestra existencia  profana radical, en personas sagradas, capaces de manifestar  el mundo espiritual.

Ahora bien, cuando nos encontramos instalados mental, física y espiritualmente dentro del ámbito sagrado, o sea, nuestro Congal, procedemos al acto ritual propiamente dicho.

Cuando hablamos de abertura de los trabajos, en realidad, nos estamos refiriendo a la conexión que vamos a establecer con los planos Superiores o Inferiores, a través de los portales que nos comunican con esas dimensiones de existencia. 

Para que una puerta se abra o nos abran desde dentro, llamamos, cuando ella se abre, entramos, y como corresponde, pedimos permiso (agó) para entrar. Este simple ejemplo fundamenta lo que teogónicamente realizamos los Sacerdotes umbandistas cuando humildemente pedimos licencia para iniciar la conexión con los Seres Superiores.

Cuando se nos ha concedido la apertura de dichos portales, procedemos a preparar nuestro Terreiro para que el tránsito de las Entidades Espirituales: Caboclos, Pretos Viejos, Crianzas, Exus y Pombas Giras, tengan un ámbito energético y electromagnético afín a su naturaleza vibratoria.

Para lograr ese estado vibratorio, los Sacerdotes umbandistas nos valemos de elementos ritual que nos aportan las vibraciones, fluidos y energías, para convertir nuestro Terreiro en una dimensión mental y energética apropiada, donde lo sagrado se manifestará (hierofanía).

Limpieza, purificación o armonización son los términos utilizados para explicar la quema de hierbas o defumación, que es lo que precisamente busca en primera instancia que suceda en la mente de quienes estamos instalados en ese ámbito sagrado.

Sin embargo y en segunda instancia, persigue la construcción de una dimensión afín a los planos donde moran las Entidades Espirituales. De modo que, los cuatro “cantos” del mundo serán evocados a través de los desplazamientos que realizan los médiums, instalando en cada vértice del Terreiro, las líneas de fuerzas provenientes de los cuatro puntos cardinales.

A su vez las fuerzas sutiles de los elementos, aire, fuego, agua y tierra, que le dan forma al mundo de las formas, también son fijados en cada uno de esos vértices, con el fin de que las Entidades Espirituales cuando “bajen”, distingan claramente el local donde son evocadas, algo así como la pista de un  aeropuerto para una avión.

Cuando el espacio ritual fue delimitado, procedemos a la invocación y evocación de los Orixás y  Entidades Espirituales afines con nuestro Terreiro, para ser recibidos en los cuerpos de los médiums preparados para estos fines.

Cuando las Entidades Espirituales se encuentran establecidas, tanto incorporadas como vibratoriamente, procedemos al atendimiento o caridad propiamente dicha. Es en este proceso donde los tamboreros deben mantener una mayor atención y vigilia sobre los trabajos o manipulación de energías que realizan las Entidades Espirituales, con el fin de mantener firme y asegurada toda la estructura vibratoria que se construyó con anterioridad.

En efecto, aquí es donde el otro elemento potenciador de energías por excelencia, (como sin dudas lo son los tambores) entran en juego, o sea, entran en el sistema vibratorio establecido.

Cuando las Entidades Espirituales se encuentran atendiendo a las personas, es muy común que soliciten el apoyo vibratorio de los tambores, algo así, como el médico precisa del instrumentista cuando se encuentra interviniendo a un paciente. 

Esto suele suceder cuando las Entidades Espirituales realizan una suerte alquimia energética o mágica con algunos consultantes, que demandan el apoyo de las Entidades Espirituales que no están incorporadas, pero que se encuentran asistiendo los trabajos, prestar apoyar.

Para que esta intervención se realice en forma satisfactoria, es preciso que los puntos cantados generen las hondas vibratorias precisas, que sostengan el apoyo de las Entidades auxiliares. De no ser así, la comunicación vibratoria comenzará a oscilar, generando brechas por donde se suelen filtrar Entidades negativas, las cuales pueden perjudicar o desestructurar el campo vibratorio establecido.

Luego de finalizada la asistencia a las personas que llegaron en busca de ayuda, las Entidades Espirituales comienzan el proceso de “subida” hacia los planos donde moran.

A este proceso también lo llamamos, levantamiento, porque las Entidades Espirituales cuando comienzan a retirarse, van levantando las negatividades retiradas de los consultantes que fueron auxiliados.

Este proceso es de suma importancia por lo que significa vibratoriamente para nuestro Terreiro, y exige un gran esfuerzo energético vibratorio de la Entidad que lo está realizando, como así también el físico del médium incorporado. Este fenómeno ritualistico (levantamiento), logra que se instale en los Tamboreros, una suerte de ansiedad y fuerte exteriorización de los puntos y golpes en los tambores, producto de esta movilización de energías.

Finalizado dicho proceso, el Sacerdote auspiciante procede al cerramiento de la gira o trabajos con la finalidad de que los portales inicialmente abiertos, se cierren y se corte el contacto con los planos convocados.

Esta etapa de la gira o trabajos espirituales, no es menos importante que las demás, por el contrario, cuando el Sacerdote umbandista profiere sus oraciones y pedidos de agradecimientos, significa que “todos” nos encontramos regocijados por las dádivas recibidas. Si sucediera lo contrario, cuando quien dirigió los trabajos pregunta: ¿están todos bien? Se debería contestar en consecuencias.

Recuerden: cuando finalizado un ritual nos sentimos mal, lo más aconsejable, es contestar: “mal”, para ser auxiliado por quien dirigió los trabajos. No es conveniente volver a nuestras casas con esas sensaciones.

Si esto sucediere, seguramente se deba a que los trabajos estuvieron muy pesados y es muy probable que en el momento de el levantamiento alguno de nosotros se distrajo o se desconcentró y alguna energía negativa impactó.

Otra de las posibilidades, es no haber tomado los recaudos disciplinarios previos al ritual en lo que respecta a baños de descarga, problemas particulares que no logramos dejar fuera, o sencillamente (como a cualquier trabajador sucede) fuimos víctimas de descargas energéticas dentro de las probabilidades rituales.

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1 Si comprendemos que las Entidades Espirituales son Seres inteligentes, provistas de una consciencia aún más adelantada que la nuestra y a su vez creemos que la muerte no existe como tal, que ella continúa, etc. bueno, deberíamos también considerar que en esos otros planos existen tareas que realizar (como arriba es abajo) porque esa dimensión, no es inocua, inerte o estática, si la vida sigue, sigue la evolución y si la evolución continúa, siempre habrán tareas que realizar. Por eso las deberíamos tomar en cuenta cuando tengamos que escoger los  días y horarios para nuestras actividades.↩ volver