Durante milenios y
milenios, (nadie sabe cuantos), estas tierras de América estaban habitadas por
poblaciones nativas, de modo que, los únicos descubridores de América, si los
hay, son los propios americanos. Quienes se arrogan el derecho de tan
esplendoroso descubrimiento, deberían admitir que, lo único que descubrieron
fue que, ellos, no eran los únicos habitantes del Planeta como al día de hoy,
muchos creen que nosotros somos los únicos habitantes del Universo.
Y le llamaron América
en honor a quien en aquel preciso momento se encontraba vigilando y avistó las
tierras del nuevo Continente, en contraste con el viejo Continente Europeo,
como si él, hubiese sido creado antes que el naciente americano. Y no solamente
creían que la vida se había originado en Europa, sino que, los habitantes del
nuevo Continente, eran Seres ignorantes,
idólatras y desalmados, por lo pronto pasibles de explotación y
doctrina.
Y la verdad sea
dicha, desde entonces llevamos mas de 500 años de conquista, o sea, la
apropiación de la tierra de los naturales habitantes americanos y la
colonización de nuestras mentes. Para lograr dicho objetivo, se valieron de
estafas, chantajes y el aval de sendas “bulas” papales y acuerdos monárquicos
que se repartieron el continente americano, según el paladar de los
conquistadores.
“La era colonial necesitó del racismo tanto como necesitó de la pólvora,
y desde Roma los Papas calumniaban a Dios, atribuyéndole la orden de
arrasamiento. El derecho internacional nació para dar valor legal a la invasión
y al despojo, mientras el racismo otorgaba salvo conducto a las atrocidades
militares y daba coartadas a la despiadada explotación de las gentes y la
Tierra”1
Según la historia
oficial, en Brasil (país involucrado en este artículo), hasta hace poco tiempo
hablar de pre-historia era impensable. De manera que, se debe aceptar la
historia a partir de la llegada de Cabral, resignándonos aceptar que los
habitantes naturales de Brasil como del resto del Continente, existen a partir
de la llegada de aquellos.
De forma que, es
impensable hablar de pre-historia brasilera.2 Desde entonces,
el año 1500 se ha convertido en una línea divisoria, entre un período sin
historia y otro agraciado por la misma, logrando en un instante, que todo un
territorio y una población aún desconocidos comience a formar parte de la
historia universal. No podemos dejar de pensar que esta visión cargada de
preconceptos y prejuicios, de que un pueblo entero de individuos por el simple
hecho de no utilizar la escritura, no poseían historia, cultura y Religión, por
cierto, esta es y ha sido una actitud muy occidental.
Fíjense ustedes, si
en nuestros tiempos tenemos estas dudas y diferencias científicas, que diremos
de aquellos primeros conquistadores, que, (aclaremos) lo único que les interesaba
era la conquista y el enriquecimiento. Ejemplo de ello, son los reportes de la
época que destacan las enorme dificultad de aquellos hombres para comunicarse
con los naturales habitantes de las nuevas tierras. Atrapados en las trampas del intercambio
lingüístico, los indígenas “aprobaban” las preguntas cuyas respuestas sólo
interesaba a los conquistadores.
Por obvias razones,
no había entre ellos, antropólogos, arqueólogos o científico alguno que llegase
con la intención de intercambiar conocimientos culturales entre los indígenas y
los conquistadores. Visto de este modo, las razones sobran para justificar la
barbarie sistemática que se instaló en Brasil, como en toda América, por parte
de quienes decían ser “Cristianos”, para someter, evangelizar, explotar y
saquear la colonia y a los indígenas.
Decimos estas cosas
porque de estas humillaciones y barbaries venimos quienes al día de hoy, nos
reconocemos como americanos, porque el nombre de un País, como de un
Continente, no quiere decir nada, si no se conoce su historia; al fin y al
cabo, su historia es quien dirá de cuantas injusticias, alegrías y tristezas
venimos.
Más razones aún,
tenemos los umbandistas que creemos que las Almas de quienes nos antecedieron
sobre estas Tierras, moran por derecho propio sobre el Astral de éste
Continente. Pues sí, de estas Almas vamos hablar en esta oportunidad, porque es
la forma en que Umbanda preserva la memoria espiritual brasilera.
Para quienes creemos
en la reencarnación y la evolución espiritual, estas querellas terrenales
propias de los Seres humanos, no es cuestión del bien o del mal, maniqueísta,
por el contrario son propias de los avatares evolutivos del destino de los
Espíritus. Si aceptamos esta filosofía, podremos comprender y aceptar la
estructura teológica, que le da sentido a Umbanda; porque la historia que les
vamos a contar, viene de luchas, guerras y guerrillas.
¿Será que la historia
del hombre, siempre estuvo teñida de conflictos a raíz de las diferencias que
han tenido grupos o familias álmicas,3 que arrastran sus
enemistades desde otras dimensiones o tiempos? Todo es probable, dicen los
nuevos paradigmas científicos.4 De modo que, en
esta reflexión consideraremos todas las probabilidades, porque, sabido es, toda
consecuencia, tiene una causa.
Cuando Cabral y su
tripulación llegaron a Brasil, se encontraron con que estos parajes ya tenían
dueños, Tupi, Ubirajaras, Caités, Tupi Nambás, Tupi Guaraníes, Aimorés, Tapuias, Goitacás y otros, que a su vez,
(algunos de ellos) hablaban diferentes lenguas entre sí, y también, al igual
que los nativos de Europa, África, Asia y Oceanía mantenían conflictos
ancestrales, entre sí.
Precisamente, estas
diferencias sostenidas entre las distintas naciones indígenas, fueron
hábilmente manipuladas por los conquistadores,
quienes actuando con habilidad y
astucia supieron aprovechar estas rivalidades con el fin de ganar aliados en la
búsqueda de la conquista de las nuevas tierras para sus respectivas monarquías.
El mismo sistema y
los mismos resultados obtuvieron en África con el tráfico de esclavos.
¿Hubieren logrado el mismo resultado si los pueblos africanos hubiesen estado
unidos? Desde tiempos inmemoriales, todas las monarquías e imperios que han
existido, (incluso en África) han sido absolutamente ambiciosas y perniciosas
respecto a sus propios pueblos, y ni hablar con sus vecinos. La vieja idea de
que los reyes son representantes de Dios o los dioses aquí en la Tierra , ha permitido a
grupos de familia, vivir impunemente del trabajo del pueblo y los pueblos
conquistados. Esta historia que les estamos relatando no está al margen, de
este pequeño desvío, porque, tanto la conquista de América como el tráfico de
esclavo están íntimamente relacionados.
Fue a partir del año
1555 que se inicia la historia que les queremos contar. La “Isla de Maracajás”5
en principio, estaba ocupada por los Temiminós, quienes posteriormente fueron
expulsados de ella, por los franceses y la Confederación Tamoios
o Tupinambás, éstos, terribles enemigos de los Temiminós. A partir de aquella
victoria los franceses juntos a los Tupinambás (Tamoios) se instalaron en dicha
Isla, que es bueno resaltar, era un punto estratégico dentro de la bahía de
Guanabara.
Los nuevos ocupantes
de la Isla a
partir de noviembre de 1555, rodearon la colonia con una enorme empalizada al
estilo indígena, la que a su vez, estaba
protegida por grandes acantilados que hacían de ella una fortificación casi
inexpugnable, estableciéndose allí a partir de aquel momento la Francia Antártica.
Esta Isla momentáneamente
usurpada por los franceses y los Tamoios, en realidad, había sido el lugar de
nacimiento de Arariboia, hijo del Cacique Maracajá-guaçú (gato grande) líder de
la nación Temiminós. Los Temiminós al igual que los Tupinambás o Tamoios, eran
parcialidades Tupí y a pesar de tener costumbres y creencias en común se habían
convertido en acérrimos enemigos.
Aquel conflicto ancestral, que en principio involucraba a la
confederación Tamoios y a los Temiminós, adquirió dimensiones internacionales,
cuando los portugueses y franceses comenzaron a participar y sacar partido de aquellas rivalidades. Las luchas de los
indígenas que al principio eran por defender sus pueblos y familias, (sin
proponérselos) se habían convertido en una guerra de intereses coloniales.
A partir de aquella dura derrota, los temiminós se vieron
dispersos y una parte importante de su pueblo se vio separado y habiendo
perdido sus tierras se dirigieron y establecieron en la llamada: Capitanía de
Espíritu Santo, donde reorganizaron su pueblo con la ayuda de los Jesuitas (La
compañía de Jesús). El establecimiento en dicho territorio no les fue tarea
fácil y hubieron de pagar el precio de la catequización, para finalmente, ser
inducidos por los portugueses a realizar una alianza y luchar contra los
franceses y tamoios.
De cualquier manera, es importante resaltar que, desde la
llegada de Cabral a Brasil, se encontró con una férrea resistencia bélica de
parte de los temibles guerreros Tupinambás, quienes desde un principio lucharon
palmo, a palmo cada pedazo de tierra, usurpada por los invasores.
El líder de la Confederación Tamoios o Tupinambás,6 era el Cacique
Cunhambebe, que mientras vivió, la coalición anti lusa fue un éxito e incluso
recibió el apoyo logístico de algunos contingentes franceses. Cunhambebe murió
de viruela y la dirección de la coalición se fue a otro de los fundadores de la
Federación, Aimberé, quien comandó a los guerreros de la bahía de guanabara,
hasta que finalmente fueron expulsados y vencidos por los Temiminós en alianza
con los portugueses.
Los temiminós era un pueblo que hablaba la lengua Tupi y
habitaban principalmente el litoral de la región sudoeste de Brasil. A pesar de
las rivalidades con las naciones Tupinambá, mantenían trazos culturales y
religiosos en común, como ser: la lengua, las creencias, las costumbres
caníbales y la siembra a través de la quema de monte, para aprovechar la tierra
fertilizada.
Arariboia, que en
lengua Tupi, quiere decir: “Cobra feroz” o “Cobra de las tempestades” nació en
1524 en la Isla de Paranapúa (Maracajás) en Río de Janeiro; luego de la muerte
de su padre (Maracajá-guaçú) pasó a liderar su pueblo. Arariboia, entonces, se
convirtió en Cacique de la tribu Temiminós.
Según relatos del padre José de Anchieta,7
los reportes de la época abundan distinguiendo la personalidad y liderazgo del
Cacique de los Temiminós, (incluso) antes de la llegada de los franceses.
Arariboia se alió a los portugueses con el fin de adquirir protección y
libertad para su pueblo, y así, evitar la esclavitud y exterminio de su gente
por parte de los colonos.
En aquel momento, el Gobernador de Brasil instalado en
Salvador Bahía era Mém de Sá, quien observando que la Colonia corría riesgos
merced de los franceses, envió misivas a su reino, y mandó buscar a su sobrino
Estácio de Sá, a quien instó a realizar la misma estrategia utilizada por los
franceses, en su caso, alearse con los Temiminó, para luego recuperar la bahía de Guanabara.
Recuerdan los reportes de la época, que la batalla ganada a
los franceses y tamoios, se debió al coraje y arrojo del Cacique Arariboia,
quien conocedor del lugar, habría cruzado la bahia a nado con un cuchillo en su
boca, ascendiendo los acantilados por la retaguardia, y en horas de la noche
con una antorcha encendida izo bolar el pañol de pólvora y abrió el camino para
la llegada del grueso del ejercito portugues junto a los exímios flecheros
temiminós.
Cuenta la historia que la batalla fue larga, sangrienta y
cruel, los guerreros vencidos eran pasados a degüello, la sangre de los hijos
de esa tierra que se mataban entre sí, cubrían de rojo los páramos de Niteroi,
y como un presagio del Dios Tupá, el cielo tronó anunciando la lluvia por caer.
Esas lluvias en forma de lágrimas vertidas desde lo alto, arrastraban la sangre
derramada en estrepitosas corrientes que limpiaban el suelo e inundaban los
Ríos y Mares de las madres aguas: Janaína, Iara, Indaiá…
Los Tamoios y los franceses fueron vencidos, muchos lograron
huir e internarse en la mata del Continente donde lograron reagruparse. Otros
huyeron hacia la zona de la actual Cabo Frío, a su vez, los francés derrotados
regresaron a Europa. Pero a pesar de la derrota y de ver diezmado su
contingente de guerreros, los tamoios continuaron sus hostigamientos sobre los
portugueses instalados en Río de Janeiro.
Finalmente en el año 1575, los portugueses armaron una
fuerza expedicionaria de cuatrocientos portugueses y setecientos indígenas
aliados, logrando rodear la región de Cabo Frío, por tierra y por mar. Luego de
algunas escaramuzas y viendo los Tamoios la magnitud del ejercito que los
sitiaba, deportaron sus armas. Aprovechándose esta rendición, en una actitud
traidora y cobarde, los portugueses
ejecutaron a todos los que se entregaron.
Este fue conocido como el fin de la Confederación Tamoios
(Tupinambás), los sobrevivientes de aquellas batallas, viven aún hoy. En
efecto, el territorio indígena Caramurú Catarina Paraguasu, compuesta por
veinte aldeas con 3.864 individuos y la aldea Patiburi, en el Municipio de
Belmonte con 199 indígenas. También existen los Tupinambá da Serra do Padeiro,
con más de mil indígenas divididos en 21 aldeas, estos últimos se negaron a ser
esclavos en las plantaciones, por lo pronto buscaron refugio en el monte, por
tal razón, eran llamados los “Tupinambás del mato”.
Por la valentía demostrada al frente del ejército de
flecheros en las distintas batallas que afrontaron contra los franceses, el
Cacique Arariboia fue el primer carioca condecorado por el propio rey de
Portugal Don Sebastián. A su vez logró
para su pueblo una franja extensa de territorio donde fundó la Aldea Sao Joao.
Posteriormente esta Aldea se extinguiría en el año 1866, dando paso al
nacimiento de la mítica ciudad de NITEROI, o sea, “aguas ocultas” en lengua
Tupí. En realidad, los indígenas lo llamaban de esa manera porque las aguas que
vienen del mar, encuentran refugio y se ocultan en la bahía de Guanabara.
Esta apretada historia que les contamos, no pretende ser una
exhibición de héroes o guerreros que pasaron por estas tierras, si no, por el
rescate de la dignidad humana que siempre se reveló ante el despotismo de los
más poderosos. Y no fue menor la ayuda llegada desde lo alto, cuando algún
guerrero pedía valor, fuerza y coraje para afrontar la batalla o la muerte, sus
ancestros siempre estaban allí para brindar ayuda y consuelo a sus hijos.
La historia del hombre y la mujer está harta de estas
experiencias terrenales que siempre han rayado el límite entre el cielo y la
tierra, de no ser así, ¿Por qué existen tantos Santos, héroes míticos, dioses y
semi dioses, relacionados con la guerra, la lucha, la libertad o justicia?, es
más, el mismísimo Dios de los Hebreos, profería amenazas e inducía a sus hijos
a eliminar aquellos que violaran sus mandamientos. Sus consecuencias se ven
hasta el día de hoy.
Ni hablar de los héroes, todos ellos guerreros y en algunos
casos, asesinos y traidores, sin embargo el pueblo los recuerda en sendas
Estatuas y Monumentos que hacen alusión al coraje y la bravura de aquél. Como
si las contradicciones no tuvieran límite, también otorgamos el premio Novel de
la Paz, a quienes más han ejercido y ejercen la guerra. “En nuestro país son tantas las Estatuas que sobran, como las que
faltan”, señala Don Eduardo Galeano.
Qué dejamos para nuestra modesta y humilde Religión, que
acredita en la orientación y guía espiritual de éstos guerreros, cazadores,
hechiceros, negros viejos, bahianas y africanos, Exus y Pombas Giras. ¿Qué
Religión es esa que cultúa a estos don nadies? ¿Qué guerreros son esos que no lucharon
por gloriosas conquistas, sino por defender sus tierras y a su gente? ¿Cuántos
pensarán de esta manera?
Seguramente para la cultura imperante, estos no son modelos
espirituales y religiosos a seguir, pues a los ojos de los vencedores, ellos
son perdedores, perdedores de su tierra, perdedores de su cultura, pero no
perdieron la dignidad ante sus pueblos, por ello, ganaron el universo
Umbandista, única Religión que les ofrece espacio para evolucionar.
El Cacique Arariboia desencarnó en el año 1574, habría
muerto ahogado próximo a la Isla Mocanguê-mirim, los remanentes de su pueblo lo
recuerdan en un monumento levantado en el centro de la ciudad de Niteroi en
postura de vigía de la bahía de Guanabara, tierra en la que él y su pueblo
habían nacidos. Nosotros los umbandistas, lo recordamos hoy 22 de noviembre,
fecha en que fue fundada la Ciudad de Niteroi.
La razón de este artículo, es que uno de los Jefes
espirituales de nuestro Centro se autodenomina: Caboclo Arariboia, aunque seguramente él no sea el Espíritu de
dicho Cacique, sin embargo, es muy probable que perteneciese a esa nación, o
que en su pasaje terrenal haya ostentado virtudes similares. Por tal motivo,
Umbanda a través de su organización teológica le abre un espacio (como a otros)
donde puede, guiar a Seres encarnados y
dar su mensaje sumando méritos en el proceso evolutivo. De modo que, su
nombre fue distinguido conjuntamente con otros, como uno de los grandes héroes
míticos, integrantes de las naciones indígenas americanas.
En la numerología de Umbanda esotérica y su correspondencia
vibratoria, él es uno de los 49 Orixás
Ancestrales o Menores (que tuvieron pasaje terrenal) Jefes de Legión,
conformando el primer plano vibratorio, bajo la Línea del Orixá Planetario
Oxossi. Estas jerarquías constituidas, al igual que los 7 Orixas Planetarios o
Mayores, expresan y exteriorizan atributos del Creador Zamby.
Umbanda es
un conjunto de leyes que rigen la vida y la armonía del Universo. Como Religión
y como Ciencia, Umbanda, tanto en su práctica material como en la esfera
espiritual de las comunidades umbandistas, sólo reconoce una jerarquía: la de
la evolución de cada Espíritu en los diversos planos de la creación y la
vibración establecida por el mérito de cada uno de nosotros.
El cultuar estos Espíritus, se debe a los procesos
evolutivos. Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad, en la que
todos nos encontramos de regreso a nuestra casa común, la naturaleza, los
pueblos de nuestros ancestros, las religiones más modestas. Nuestra Religión
nos invita a reír, a llorar y aprender, aprender a rescatar las cosas
cotidianas, con las sagradas, la trascendencia del Espíritu, la vida y la
muerte como formas posibles de unirnos con nuestros ancestros, en la misma
Aldea común bella y generosa: la vida.
Salve Caboclo Arariboia, salve cobra de
las tempestades!
Centro Umbandista Reino da Mata
- Doctrina Secreta de Umbanda – W.W.W. Da Mata e Silva.
- Ruptura, continuidad y simultaneidad cultural: la ocupación pre-histórica de grupos Je y Tupis en la zona de la Mata Minera - Ana Paula de Paula Loures de Oliveira.
- Registros Akáshicos: historia del Alma a través del tiempo - Claudia Federica Zosi.
Gracias Maria Padilha por tu inmensa ayuda...doy fé de que la ayuda fue inmediata...mi pareja cortó la relacion inesperadamente y de forma abrupta....desesperada..hice de todo para recuperarlo...nada funcionó...ni santos, ni rezos, ni plegarias, ni buenos tratos hacia él...él solo me despreciaba, me miraba con asco...me ignoraba..ya no sabía que hacer...pensé en lo peor...matarme...estaba completamente destrozada.....un día llegó a mi Maria Padilha..inmediatamente le empecé a pedir con el corazón abierto que me ayude....ya el segundo día de rezarle vi resultados...y así diariamente hasta recuperar a mi amor...a todo aquel que esté atravesando una situación similar...le regalo de corazón esta oración que salvó mi pareja...gracias Reina Pomba Gira María Padilha...gracias gracias gracias
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