Pretos Velhos en Nuestra Umbanda

 “Aquel que nada tiene, es fácil de ser comprado y aquel que nada sabe,

 es fácil de ser engañado”.

Hablar de Pretos Velhos (Negros viejos), no es tarea sencilla, como tampoco lo es hablar de cualquier Entidad Espiritual que se manifiesta en Umbanda. No obstante ello, intentaremos realizar una apretada síntesis entre nuestra concepción y algunas de las restantes visiones que conforman el universo umbandista. 

Casi todos los afro umbandistas coincidimos en que Umbanda es una Religión americana, o sea, brasileña; otros le otorgan otros orígenes, incluso, en civilizaciones pasadas. Nosotros no contradecimos ninguna de ellas, por el contrario, creemos que cada una de ellas, junto a las demás, tienen su fondo de verdad.   De cualquier manera, preferimos apegarnos a los hechos históricos que marcan incontestablemente que ella habría surgido en Brasil, a fines del siglo XVIII y principio del siglo XVIIII.

Estas diferentes visiones, a su vez, han creado tres corrientes de pensamiento que dicen que ella sería una Religión africana, otra que es una Religión revelada y otra, que ella tendría origen colectivo1. Este último parecería ser el más acorde con los hechos que se precipitaron luego de la trata esclavista y la conquista de América. 

Los amables lectores de nuestro blog conocen perfectamente los hechos históricos que dieron origen al nacimiento del hombre americano. Repasemos: los conquistadores europeos llegados en primera instancia a América, eran aventureros, bandidos y presos que no teniendo ninguna alternativa de vida en Europa, aceptaron acompañar a los distintos navegantes, so promesa de compartir los “botines” conquistados.   

La conquista de América, se convirtió al fin, en la Tierra prometida para muchos de aquellos aventureros que vieron abrirse ante sus ojos la posibilidad de una nueva vida. En aquellos tiempos, Europa estaba necesitada de azúcar y algodón para sus telares, como así también otras materias primas que América podía proveer. La esclavitud de los indígenas no dio resultado y fue una bula papal que determinó que los negros africanos (carentes de alma) debían sustituir a los indígenas.  

Los esclavos deportados América desde África provenían de diferentes naciones, etnias y culturas, las que, a pesar de las rivalidades étnicas existentes entre algunas de ellas, mantenían en sí mismas, su propia convivencia comunitaria arraigada en estrictos valores éticos y morales ancestrales.

Resumiendo, podríamos decir que los africanos y africanas llegados como esclavos a América, no eran bandidos, ni aventureros y mucho menos presos o delincuentes, por el contrario, eran agricultores, cazadores y madres, amas de casas, trabajadoras de la tierra y recolectoras, fundadas en aquellas sociedades matriarcales. De modo que, la mayoría de las personas traídas como esclavos,  eran pacíficas, hombres y mujeres comunes, que tenían su propia forma de convivencia social, comunitaria, familiar y religiosa.

Tenían una visión del universo total (holística), Orixás, Inquices y Voduns, fueron términos que ellos utilizaron para definir Deidades estrechamente relacionadas con el universo, la naturaleza (naturandis) y la naturaleza humana. De modo que, para ellos, todo estaba sincronizado, lo que sucedía en el micro cosmos, también acontecía en el macro cosmos, o sea, en el aye y en el orun, para los yoruba.

Para sostener estas creencias y llevarlas al cotidiano de sus vidas se valieron de estrictos métodos éticos y morales. Nada se podía iniciar o realizar, sin el consentimiento del creador y sus representantes en el universo y en la Tierra. Los tabúes, garantían y evitaban cualquier tipo de profanación o utilización infantil de los conocimientos ostentados por los mayores.

Lloraban cuando la cosecha se perdía o era infructífera y celebraban y agradecían a la madre tierra, a los Orixas, Inquices y Voduns, y al padre mayor cuando la cosecha, la caza o la recolección era próspera y fructífera. La percusión, la danza y  la alegría infaltable, son medios por los cuales estos pueblos del África se manifiestan y a través de ellas se integran con el universo.

Todo esto estaba basado en una fuerte estructura familiar y comunitaria a través del respeto absoluto hacia los mayores y un estricto culto y veneración a sus ancestros y antepasados, los cuales, al igual que a los ancianos de la aldea o comunidad, eran fuente de consulta e inspiración. Estos fueron los Seres humanos que fueron traídos como esclavos al continente americano, el único delito cometido, (hasta donde se sabe) fue impuesto por la Iglesia Católica: carencia de alma y la sospecha de la asociación de los africanos con el Diablo.

Los señores de “Ingenio” y “feitores” conocían muy bien ese espíritu africano de vivir; sabían que para lograr controlar y dominar a los esclavos y evitar toda forma de unión y posteriores revueltas, era necesario romper con aquellos fuertes valores morales y espirituales arraigados en cada uno de los africanos y africanas. Era preciso humillarlos, dividirlos, sembrar la desconfianza y la traición entre  ellos, práctica que además, se hizo extensiva a la convivencia del africano con el indígena.

El flagelo de la esclavitud pasó tanto por el acoso físico y moral, como también por la desvalorización de su Ser Africano. Destruir por completo su auto estima africana fue la principal tarea de los “amos”. Pues sí, para sostener el sistema esclavista durante tantos años, fue necesario "deculturizar" a los esclavos, es decir, sustituir su moral y cultura, por la occidental judeo-cristiana  imperante hasta los días de hoy.  La prostitución no existía en África, pues sus mujeres fueron sistemáticamente violadas, prostituidas y obligadas a tener sexo a través de la manipulación y amenazas, por ejemplo: quitarles sus hijos para ser vendidos en otras haciendas.

Al decir de nuestra hermana Isa refiriéndose a las huellas de las torturas vividas por nuestros antepasados, pero que también es válido para esta desconfianza que heredamos de nuestras vivencias: es como un “trauma étnico” que nos acompaña en nuestro diario vivir, en nuestros sueños y anhelos y bloquea toda posibilidad de juntarnos e identificarnos unos con los otros.

Estimados hermanos, no creamos que esto fue pensado por un par de navegantes ambiciosos y deseosos de aventuras, muy por el contrario, el plan fue cuidadosamente orquestado, los poderosos de entonces: papas, reyes, banqueros y comerciantes se vieron favorecidos por el saqueo de América y el proceso esclavista a gran escala.

Sin embargo, no todo fue perdido, nuestros antepasados  lograron conservar ritos, danzas, arte culinario y creencias religiosas que los ayudaron y nos ayudan a mantener, (aunque más no sea) parte de esa  cultura africana latente en cada una de las Entidades Espirituales que se manifiestan en Umbanda: Pretas y Pretos Velhos, Bahianos y Bahianas, Africanos y africanas y otros. 

Felizmente el acoso y la persecución moral  no lograron  romper totalmente  con la cultura africana que hemos conservado los americanos. Tanto las creencias indígenas como las africanas consustanciadas en similares cosmovisiones, pervivieron en la conciencia de unos y otros y se fortalecieron y se unieron a través de las deidades indígenas y Orixás, Voduns e Inquices africanos.

Nuestros abuelos, negros, blancos, indígenas y mestizos hubieron de recurrir a la clandestinidad para mantener con vida nuestra religiosidad. Clandestinidad que se encubrió en el pueblo y a través de las clases sociales menos favorecidas que se identificaron con los Caboclos y Pretos Velhos, que al igual que ellos, eran marginados y discriminados por las  demás religiones. Pues si estimados lectores de nuestro blog, la Iglesia Católica era la Religión oficial de Brasil, y toda otra manifestación religiosa (por ley) era considerada subversiva, por lo pronto pasible de persecución y sanción.

Como lo hemos dicho en otras oportunidades, no queremos engañarnos y engañar a nadie, ya no somos totalmente africanos, somos descendientes, ya no somos totalmente indígenas, somos descendientes, ya no somos totalmente indo-europeo, somos descendientes, como el arco iris luego de la lluvia somos los americanos.

Umbanda a través de sus guías y protectores, Caboclos y Pretos Velhos, no promueven ningún tipo de privilegio para raza o pueblo alguno, ni salvación para los pocos que se porten bien, pues,  para Zamby, Tupa, Olorun o Olodumare, no hay más castigo que el karma que se imponga el propio espíritu para seguir evolucionando.

Los Pretos Velhos nos enseñan que estos son tiempos de rescate y preservación de valores ancestrales de convivencia, familiar espiritual, familiar religiosa y familiar consanguínea. Esta es la alternativa espiritual que Umbanda propone ante el poder del individualismo, la competencia y la búsqueda de prestigio personal, en detrimento de la comunidad.

Los Pretos Velhos a través de su experiencia espiritual y religiosa, viva, nos sugieren que ya fue suficiente con la sangre y lágrimas derramadas por nuestros antepasados, que esas lágrimas y esa sangre  no hayan sido en vano, depende de cada uno de nosotros. Exorcizar el estigma de la discriminación hacia nuestra religiosidad, es un trabajo diario y permanente en todas nuestras actividades, sobre todo en nosotros mismos.

Que las 7 lágrimas derramadas por el Preto Velho no sean más que eso, un recordatorio de nuestro estado espiritual calamitoso en que esta sociedad de consumo, materialista, competitiva y arrogante nos ha convertido.

El día 13 de mayo de 1888, fue casi totalmente extinta la esclavitud en Brasil, último País de América en abolir la esclavitud. Cada 13 de mayo rendimos tributo a ese pueblo negro africano, que con su lucha, supo resistir estoicamente a la barbarie impuesta por una raza que dijo ser: “cristiana” y “civilizada”. 

Así pues, este 13 de mayo, el Centro Umbandista Reino da Mata no solo homenajea a ese pueblo africano, sino también y por encima de todo, repudiamos ese día 13 de mayo como otras fechas que engrosan el calendario de países americanos y otros, aceptando y justificando que hasta esos momentos, los hombres nos hemos convertidos en asesinos de la libertad y la vida de otros hombres. 

Los hombres modernos como ninguno en la historia (hasta donde se sabe), contamos con contenedores éticos y morales para controlar nuestros excesos o desbordes, no tenemos escusas. La Religión, la filosofía y la ciencia, han sido y son métodos utilizados por iluminados y pensadores que nos marcan el camino de la convivencia pacífica y humana. ¿Deberíamos permitirles a quienes se proclaman religiosos, que en nombre de la propia Religión sometan y exploten a otros Seres Humanos?

Si continuamos permitiendo que este tipo de fechas se destaquen, estaremos abriendo la posibilidad de que cualquier hombre o pueblo, se sienta tentado a cometer impunemente crímenes de lesa humanidad, porque el único castigo que recibirán, será un día que recuerde los crímenes que han cometido.

Esta reflexión introductoria tiene (como tanto de nuestros artículos), el objetivo de refrescar nuestra memoria y tener presente que, en apenas 2000 años (nuestra historia moderna), los hombre nos hemos  convertido en asesinos de nuestra propia especie y depredador de la naturaleza.

Un subtítulo significativo abre el inicio de este modesto artículo: “…quien nada tiene, es fácil de ser comprado, y quien nada sabe es fácil ser engañado…”. Indudablemente que él quiere decir mucho más de lo que a simple vista se percibe, y cada uno de nosotros hará su propia interpretación.

Nunca nos imaginamos hasta donde podemos ser comprados, hasta que no tomamos cuenta de nuestras carencias. ¿Seremos tan pobres moral, espiritual y materialmente que lleguemos a perder la libertad de pensar y decidir por nuestra propia cabeza? Seguramente, algún Preto o Preta vieja, nos dirán: se puede perder la libertad, pero nunca deberíamos de perder la dignidad.

Pretos Velhos, negros viejos, ¿Quiénes son, qué hacen y significan para Umbanda? Este término, (Pretos Velhos) es absolutamente simbólico, como también lo es Caboclo, ellos representan el ala africana, dentro de Umbanda, así como los Caboclos el lado indígena de nuestra Religión.

Cuando decimos negro viejo, inmediatamente nuestra mente lo asocia con sacrificio, desapego, conocimiento y sabiduría, pues, para llegar a la ancianidad en las precarias condiciones que viven y han vivido los africanos y afros descendientes en América toda, solamente ostentando esos principios se puede arribar a las postrimerías de sus vidas.

En Umbanda, los Pretos  Velhos   están correspondidos con esos arquetipos, al peso de una tradición ancestral que ayudó a bien vivir a través del respeto y lo sagrado que hay en todas las cosas y en cada uno de nosotros, por siglos, en cada una de las culturas indígenas y africanas. Si bien es cierto, hoy estamos inmersos en un nuevo escenario social y tecnológico, sin embargo y a pesar de ello, creemos que esas enseñanzas pueden convivir perfectamente una con la otra.    

Este es uno de los valores más significativos que hemos perdido a lo largo de la “civilización”, el respeto y admiración por los ancianos. Llegar a viejo hoy, es sinónimo de desecho; los geriátricos, lugar donde depositamos a nuestros abuelos y padres, son el cementerio de Elefantes donde van a morir, con más penas que gloria. Pero tengamos en cuenta, además, que con ellos, también desaparecen años de experiencia y conocimiento que son sustituidos por modernos estilos de vida que cada vez más, nos deshumanizan, o sea, nos robotizan. Ya no pensamos por nuestras propias cabezas, ni tenemos a los abuelos como fuente de consulta, las máquinas y nuestra soberbia intelectual y científica responden por nosotros. 

Ritual tras ritual, los Pretos Velhos nos van transmitiendo esta alternativa cultural, social, religiosa y comunitaria. De suerte, existen muchas voces más  que se están levantando ante este modelo de vida que prioriza el individualismo, el consumismo y el ateísmo. ¡Cuánta sabiduría hemos encontrado en las palabras de muchos de las Pretas y  Pretos Velhos, que se manifiestan en nuestra Umbanda!

Nos entristecemos mucho cuando oímos decir por ahí, que ya muy pocos practican rituales de Pretos Velhos. Quizás ellos no realicen vistosas danzas, ni ostenten majestuosas vestimentas que destaquen nuestra vanidad y orgullo; por el contrario, ellos hablan de humildad y agradecimiento, pues el objetivo de toda Religión es transformar nuestras vidas, no alimentar nuestras debilidades.    

En esta oportunidad hemos evitado hablar de fundamentos, principios y todas esas cuestiones rituales y litúrgicas que hacen al conocimiento de nuestras creencias. En honor a ellos, preferimos escribir de lo que hemos aprendido, de tantas y tantas “palestras” que nos han dado durante nuestro tiempo Umbandista, pues, según ellos, el conocimiento por sí solo, no transforma vidas, solo la sabiduría producto de la experiencia, es la que nos ayuda a caminar.    

La educación consiste precisamente en eso, en adquirir sabiduría y soberanía personal, o sea,  dirigir con sentido propio y autónomo nuestra propia vida, porque tengamos en cuenta que: “…aquel que nada sabe, es fácil ser engañado…”

Los Pretos Velhos nos hacen entender que cada ser humano es único, capaz de crear y de ejercer esa facultad distintiva de nuestra especie, en toda nuestra relación con el universo y la naturaleza. Que lo más rico que tenemos, es nuestra independencia de mente; que podemos negociar incluso nuestra libertad, pero nunca nuestra dignidad. La historia que ellos nos legaron, es el principal argumento, de que las cadenas solo atan piernas y brazos, pero nunca conciencias y dignidad, “… porque aquel que nada tiene, es fácil de ser comprado…”

Y llegará un día en que nos tendremos que preguntar: ¿Se puede comprar la felicidad? ¿Está a la venta la alegría? O son bienes que cada uno de nosotros nos tendremos que ganar? El ejemplo de vida que nos legaron nuestros antepasados, sumado a los concejos y sugerencias que nos transmiten los Pretos Velhos, nos muestran que a pesar del dolor y las cadenas, debemos de ser felices y agradecidos, pues, es la fórmula para combatir la ignominia.

Este es el homenaje que le realizamos al pueblo de Pretos Velhos en esta ocasión. Poner en nuestras palabras y conocimiento, lo que ellos nos han enseñado durante más de 20 años de Religión. Aún tenemos mucho que aprender, la sabiduría no es algo que se aprende de un día para el otro. Algunos días de nuestras vidas se asemejan y mucho a las experiencias vividas por este pueblo y es ahí cuando logramos entender sus mensajes y concejos, porque el dolor es un duro maestro.

La experiencia acumulada por cada persona es un tesoro que permanece normalmente inédito, desconocido, algo así, como una biblioteca inmensa cuyos textos no fueron consultados a pesar de la sabiduría que contienen. La inmensa mayoría de la gente, desconocen por completo el valor de esa biblioteca africana: los Pretos Velhos.

Hemos entendido al fin; cada ser humano por más “ruín” que sea, es el más hermoso monumento que debemos salvaguardar, que debemos cuidar con especial atención, porque es frágil y vulnerable. Los monumentos de piedra pueden restaurarse, la vida no. Por tal razón, todos debemos de ser conscientes de los demás, todos diferentes, todos juntos en un destino común. 

Somos artífices de nuestros destinos. Somos autores y creadores y nadie puede relegarnos a obedientes y sumisos  peregrinos que siguen los dictámenes que emanan con frecuencia de lejanas instancias del todo poderoso capitalismo. La vida está en nuestras manos, vivámosla.

   

Consejos y enseñanzas de los Pretos Viejos.

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