14 de junio de 2016

En homenaje a Exú-Bará, el eterno caminante
A modo de Introducción
Tercera parte

“La educación consiste precisamente en adquirir la soberanía personal, en dirigir con sentido nuestra vida. Soberanía personal para hacer aquello que nuestra consciencia nos indica para ser nosotros mismos, pues, solo conociendo la realidad en toda su complejidad seremos capaces de transformarla”. (Ervin Laszlo: Tú puedes cambiar al mundo)

El presente artículo pretende desarrollar una somera visión histórica que complemente los anteriores artículos acerca del desenvolvimiento de las religiones de matriz africana. Deteniéndonos, precisamente en la deidad que trataremos en el presente artículo: Exú y su versión femenina Pomba Gira. Insertas en una sociedad que sufrió fuertemente la imposición del catolicismo, refleja a su vez, la resistencia sostenida por los afros descendientes en mantener viva las religiones de sus antepasados y así, hacer pervivir su historia y su identidad africana. 

Para conversar sobre Exú, según nuestro entender y saber, es menester conocer la historia de los hombres que trabaron y traban contacto con él diariamente, dicho de otra manera, quienes fueron sus descubridores, sus creyentes y sus detractores. Traemos esto a discusión, pues, la ética y la moral son dos factores determinantes en cualquier sociedad humana; y la convivencia civilizada y pacifica dependerá y mucho de cuan opresores o progresistas sean esos valores.

En efecto, para entender a EXU como agente social, dado que “lo social” constituye una de sus áreas de influencia más importante, es necesario discutir o debatir sobre la sociedad en la que estamos insertos, pues, de nuestra conclusión dependerá y mucho el rol que jugará Exú en nuestra teología, como veremos más adelante.

En nuestra sociedad, hablemos básicamente de Uruguay y Brasil, (origen de nuestra religiosidad) los valores dominantes son los originados en las culturas euro-céntricas, sustentados en principios judeo-cristianos.  Por lo pronto, nuestra ética y moral se encuentran fuertemente influenciadas por estos valores que a su vez, obedecen a una construcción histórica.

En este contexto, según nuestra visión, este modelo provoca que surjan algunos valores preponderantes sobre los demás, entre ellos: individualismo como filosofía de vida, búsqueda del poder tanto político, económico, como ideológico.  Estos se ubican como referencia de vida de la mayoría de las personas, quienes procuran la felicidad y el éxito a través de ellos. “Es de necios confundir valor y precio”, decía el poeta Don Antonio Machado, no obstante, creemos que el sistema del cual formamos parte, está diseñado de tal manera que no nos permite distinguir la diferencia entre una y otra categoría.

Se puede percibir que esta impronta moral, cultural y espiritual domina a casi la totalidad del planeta, incluso (por supuesto) a nosotros, afro umbandistas, que al igual que otras culturas menores, convivimos en medio de este paradigma. Asimismo, no perdamos de vista que los intentos por homogenizarnos e integrarnos a este paradigma, no han sido menores. Lo que queremos decir con estas simples conclusiones, es que, este sistema es una construcción histórica y social mantenida por cada uno de nosotros, de manera que al no ser una verdad absoluta e inmutable, la podemos cambiar.   

Lamentablemente, las últimas estadísticas realizadas en Brasil muestran la caída de adhesiones a nuestra religiosidad1. Algunos estudiosos religiosos, antropológicos y sociológicos interpretan esta caída producto de los ataques constantes de evangelistas. Así como también es producto de los prejuicios y preconceptos instalados en el imaginario social hacia nuestros cultos y, evidentemente, fruto de la exclusión social sufrida por los integrantes de nuestro colectivo.

En nuestro país (Uruguay) las estadísticas nos ignoran, y el pueblo en general nos desconoce, o lo que es peor, nos mal conoce.  Entendemos que ello responde a: en primer lugar, al racismo estructural, en segundo lugar a la discriminación religiosa y finalmente a la mala praxis de algunos sacerdotes de nuestro colectivo. Hasta dentro de nuestro propio colectivo, unos más otros menos, somos fácil presa estos prejuicios y preconceptos.

De manera que, no es novedad para ninguno de nosotros, que nuestra Religión desde su nacimiento en suelo americano, hasta nuestros días ha sido y es constantemente agredida. Esto provoca que en ocasiones pensemos que es un milagro que aún existamos.  Si existimos es gracias al gran esfuerzo, militancia y resistencia de los integrantes de nuestro colectivo y la invalorable guía y protección de las Entidades Espirituales. Será por ello, tal vez que guardamos tanto respeto y agradecimiento hacia nuestros ancestros primero, hacia nuestros antepasados y a nuestros mayores, por el simple hecho de haber conservado para nosotros nuestra religiosidad.

A esta temeraria realidad es a la que nos enfrentamos los adeptos a las religiones afro americanas. Sin embargo, debemos reconocer que en gran medida, muchos de nosotros antes de tomar contacto con nuestra religiosidad, sentíamos el mismo temor y rechazo hacia ella, que el resto de la sociedad uruguaya. A pesar de nunca haber participado de un ritual, los prejuicios y preconceptos absorbidos del imaginario social construido a lo largo de la historia, afecta a la mayoría de la población uruguaya, incluso, a los propios afros descendientes, cuya presencia en nuestra religiosidad es muy baja, considerando los porcentajes.

En las páginas precedentes hicimos una síntesis introductoria de la importancia del entender al hombre, europeo, indígena y africano en su contexto histórico y social.  Esta síntesis es de vital importancia, pues de esta construcción (y distinción) identitaria nace la estigmatización que sufre nuestra Religión y  al mismo tiempo, el Orixá Exú y sus ancestros: Exus y Pombas Giras.

La cosmovisión existente en torno a Exú, partió de su hogar de origen (nuestra madre África) y llegó a América de mano de los esclavos traídos durante la trata negrera. Esos esclavos embarcados en los navíos atestados de seres humanos, ya en la travesía trabaron contacto con otras lenguas, costumbres y culturas originadas en la madre África. Un África que como veremos más adelante, era y es multicultural y diversa.

Esta deidad fascinante, Exú, era un extraño para algunas culturas que ya se encontraban radicadas en América como el caso de los indígenas, pero no así para los cristianos europeos que en África ya lo habían asociado al diablo.  Por este motivo Exú no tuvo más remedio que adaptarse a la nueva cultura ya establecida, con parámetros morales y éticos diferentes a los acostumbrados en África.

Sus seguidores, los africanos trasegados como esclavos lo invocaban para que los ayudase en su lucha contra el opresor. En su desesperación, con claras intenciones de venganza, los esclavos le pedían que hiciera imprósperas las cosechas de los amos, convirtiendo las encrucijadas en un campo de batalla. Lo que para los esclavos era la lucha contra la libertad y la injusticia, para los amos, católicos y cristianos era la lucha entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal. En esas lides Exú hubo de travestirse de mensajero de los Orixás (Enugbarijo), en la encarnación de Satanás, de la iconografía y cosmovisión cristiana.   

Con respecto a esto, nos surgen algunas interrogantes: ¿Es malo pedir que no se enriquezcan los amos? Cuando nosotros en nuestros días realizamos paros o huelgas contra nuestros patrones, ¿Se pueden definir como la lucha entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal, o estamos pidiendo justica para con nuestro trabajo y derechos a llevar una vida digna? Ello trajo aparejado las primeras transformaciones de Exú, comprendido como el señor de los caminos (Exú Loná) en la cultura Yoruba, para instalarse definitivamente en América como el Señor de las Encrucijadas, infelizmente representado hasta los días de hoy por estatuillas que exaltan la figura del Diablo.

Es importante entender que en África, Exú, no era considerado un demonio, o la personificación del Diablo, es decir, allá, antes de la llegada de los conquistadores no poseían idea de la existencia del Diablo, o un ser antagónico del Creador.

Como lo expresamos anteriormente, cuando EXU llegó a América, ya estaban instaladas las religiones cristianas y las existentes creencias de los habitantes naturales. El choque cultural acaecido en los primeros tiempos entre las distintas culturas, con el transcurso del tiempo, tímidamente, se fueron aproximando unas a otras, hasta llegar al sincretismo religioso producto de la supremacía de la cultura europea, que obligó a los afros descendientes a camuflar sus Orixás con sus Santos Católicos.

Durante este proceso, las Deidades más importantes del panteón africano, representadas en los Orixás, tuvieron que pasar por un proceso de blanqueamiento para ser aceptadas, Ogum hubo de mimetizarse con San Jorge, Xango con San Gerónimo, Oxala con Jesús, Oxum con nuestra Señora de la concepción, Ianza con Santa Bárbara, Oxossi con san Sebastián… y así sucesivamente.

Sin embargo, hubo un Orixá que no tuvo la misma suerte, el más rojo y negro, considerado el más pervertido, el más atrevido, el transgresor, ese que desafía la moral de aquellos que alimentan las desigualdades, el machismo, de aquellos que depredan el planeta en beneficio propio, ese Orixá, es conocido por nosotros, como: Exú, el eterno caminante.

Dada la moral y cultura establecida, Exú, hubo de resignificarse, podríamos decir, abrasilerarse como los demás Orixás, y de esa forma convivir en una sociedad que lo observa de soslayo. Pues, como lo indicábamos anteriormente, para los conquistadores que arribaron a África, la teogonía que rodeaba a este Orixá era transgresora e inmoral, o por lo menos fuera de los padrones morales europeos.     

De este modo Exú fue despertando miedo, odio, terror. De esa manera ha generado aún más preconceptos y discriminación hacia los adeptos de las religiones de matriz africana. Exú es constantemente resignificado en el imaginario de la población brasileña y uruguaya, aproximándolo cada vez más a la figura del Diablo, por parte de aquellas personas que no tienen familiaridad con la cosmovisión africana, sus mitos, tradiciones y creencias.

Pero Exú está muy lejos de estas concepciones surgidas del ideario euro-céntrico, afecta a la culpa, pecado, bien y mal, blanco y negro, él además considera los matices que hacen al equilibrio de las polaridades. En fin, él tiene incidencia directa sobre la justicia y ya sabemos, cuando la justicia de Exú se manifiesta (equilibra) puede estar bien para uno y mal para el otro, o bien o mal para los dos; y no siempre lo que es justo puede ser considerado bueno para algunas personas.

Hasta aquí hemos analizado someramente (el tema es casi inagotable) la presencia del Orixá Exú en Brasil y en Uruguay. Cabe destacar, que este Orixá es conocido con el nombre Exú en la mayor parte  de Brasil, salvo en Río Grande do Sul (hasta donde llega nuestro conocimiento), donde es cultuado como Bará.

En efecto, el Batuque, ritual surgido en Río Grande do Sul, Bará es quien abre los caminos para la llegada de los demás Orixás. Ostentando casi los mismos atributos de su homónimo Exú, él es atendido en primer lugar y se ubica en las entradas de los Terreiros (tronqueras, pegí, aruandas, etc.) como defensa de ataques en forma de: demandas vibratorias y energéticas…”eu tenho un guerrero na porta du meu Ilé plantado, él é Bará, él é Bará, él é quien vence demandas, Exú Eleguá”. Dado la proximidad con esta región del Brasil, en Uruguay prosperó más el Batuque, que el Candomblé, por obvias razones las casas de Umbanda con influencias del Batuque, homenajean a este Orixá, más precisamente Bará en sus diferentes cualidades, sincretizados en este caso, con San Antonio, o Santo Antonio como se lo conoce en Brasil, el día 13 de junio.

Lo destacábamos anteriormente, África es amplia y diversa y para ser fiel a esa diversidad, mencionaremos algunas de las formas con lo cual se lo conoce en las distintas regiones (Naciones). Los pueblos y naciones africanas que descubrieron estas fuerzas de la naturaleza, la llamaron Exu, o Legba o Elegbará, Aluvaia, o bobomgira o bobomjirá2 según la cosmovisión y cultura de cada uno de estos pueblos o naciones, yorubas o bantúes. 

Entre los bantúes, más precisamente de Angola, Exú es reconocido como un Nkisis de nombre Aluvaía con los mismos atributos que los Yorubas distinguen a Exú. Además, bombogira o Pambu Njila3, también, de la mitología Bantú, en una de sus lenguas: kikongo, Mpambu significa encrucijada y Njila camino, para quienes él, es el intermediario entre los demás Nkisis y los hombres, señor de los caminos y guardián de las aldeas.  

Entre los Nagó y los Ewes (y esto va para todos) existe la idea de que Elegbara es Exú, pero examinando con detenimiento los textos consultados, habría aquí una confusión entre lo que ellos juzgan fuerza Exu (Elegbara) con Exu (Orixá-entidad), la que, en definitiva, es una unidad del Axé, en otras palabras, poder de realización que Exú controla y manipula. Es decir, Exú moviliza la energía que está en todo y en todos, pero esa energía no es el propio Exú4.

Dicho de otra manera, nosotros llamamos agua a la energía líquida, aire a la energía eólica, fuego a la energía ígnea, en su esencia, ellas son energías que se manifiestan en cada uno de  los medios.
 

Estas son algunas de las definiciones con la que es distinguido el Orixá Exu en África; mientras tanto en América él fue asociado al demonio con toda la parafernalia de valores negativos, inmorales y oscuros. Entre la moralidad cristiana y kardecista, simbolizada por la cruz y los valores de una ética diferente basada en la magia africana, simbolizada en la encrucijada, surge la mitología que exalta la figura de la Pomba Gira y los Exus, convidándonos a vivir con libertad y alegría5.

En efecto, la Encrucijada es la dimensión por excelencia de Exú, es la base de operaciones donde las líneas de fuerza y los caminos vibratorios confluyen, donde Exú procesa y transforma la energía vital: AXE, fuerza y poder de realización, con distintas finalidades. A esa fuerza magística recurrían los africanos, que empíricamente sabían que las mismas se encuentran en la naturaleza, vibrando en el reino mineral, en el reino vegetal y el reino animal. Es más, para ellos cada uno de estos reinos contenían sus aspectos activos en el color blanco, pasivos en el color rojo y neutro en el color negro.

Así pues, el epicentro de Exu por excelencia, la encrucijada (entrada y salida de fuerzas), considerada el símbolo de actuación de los Exus y Pombas Giras, es donde los religiosos afro brasileños recurrimos para realizar nuestros pedidos, agradecimientos y devolución y restitución de Axé. Para algunos religiosos estas encrucijadas se encuentran materializadas en los cruces y encruzas de calles, en cambio otros, recurren a los cruces de caminos en el campo o las matas, según la escuela religiosa (ética y epistemología) de cada uno, en la forma de vivenciar lo sagrado.

Queremos destacar el hecho de que Exú en Nigeria era cultuado como un Orixá, mientras que en América algunos Candomblés cultúan a Exú mediante su fuerza mágica vibratoria, fuerza vital o poder de realización, AXE, mediante ritos realizados para “asentar” esa fuerza, sin incorporar a los Ancestros: Pomba Gira o Exú6.

Hasta aquí, creemos, que la discusión en torno al Orixá Exú y a sus múltiples significados ha sido suficiente.  Cada uno de los lectores sacará sus propias conclusiones de acuerdo o no, con parte o todo lo que aquí hemos desarrollado, de eso se trata la reflexión que utilizamos al principio de este artículo.

Sin embargo, queremos destacar en este artículo, la figura imponderable de la Señora Pomba Gira y todo su significado para los occidentales –como lo somos nosotros-. Pues, pensar en la figura de la Pomba Gira, es, inevitablemente pensar en el ideario que tenemos de la mujer por estas latitudes.

La figura mítica de la Pomba Gira, doblemente discriminada, por diablo y por mujer, sacude nuestra ética y moral machista, construida básicamente por los hombres (Elisa M. Rivas; 2015) a lo largo de la historia. Ella surge bajo las mismísimas barbas de la “elite” machista, entre otros motivos, para mostrar a las mujeres educadas que obedecer, parir, cuidar y educar a sus hijos, no implica ser una mujer sometida.  

Véanlas como llegan, como se manifiestan, insumisas, irreverentes, sensuales, destacando sus dotes femeninos con libertad y autosuficiencia, ubicándose (incluso) a la par y a veces por encima de los propios Exús.  Estimados hermanos y (me incluyo), indudablemente esta Entidad Espiritual (ancestro) cada vez que se manifiesta en el terreiro, de una forma u otra, desafía nuestra pretendida superioridad machista. Se justifica entonces, que algunos de nosotros criados y educados bajo una moral pecaminosa, condenemos este tipo de actitud.

Ya vimos anteriormente el origen del término Pomba Gira, corruptela y adaptación del portugués, según Camargo (2001) y Prandi (2001), término que designa a Exú en Angola, otros como Augras (1989) aseguran que el propio nombre Bombojira es una corrupción de Bombojirá. Según Castro (1938) en lengua Bantú la palabra “gira” significa rumbo o camino y según Augras (1989) la palabra “pomba” designa los órganos femeninos en el sur de Brasil.

A pesar que el término Bombojirá surgió para designar un Orixá (masculino) en Angola, aquí en América se re-significó y se re-adaptó para designar al ancestro Pomba Gira que hemos destacado y que exalta la dimensión femenina de Exú, como lo veremos a continuación.
Según Augras (2000), las Pombas Giras en su manifestación contienen parte del poder de la mujer como se la conoce en Nigeria: Awon Iyá wa (nuestras madres). En efecto, los yorubas cuando escuchan el nombre, Iyá mi Oxorongá, quien está sentado se para, quien está de pie realiza un reverencia, pues se trata de este temible Orixá, síntesis del poder femenino a quien se le debe acatamiento

María E. Rivas (2015) en su estudio sobre Pomba Gira, sugiere que: ”…ellas se presentan haciendo uso de un proceso atractivo para ejecutar su trabajo, pero también demuestran su poder de actuar en el campo de la magia. Las Pombas Giras, como las Iyá mis, actúan en la vida y la muerte y generan temor y respeto al poder de la mujer” 

Ellas son conocidas como las señoras de los pájaros y su fama de grandes hechicera son asociadas a la oscuridad de la noche, razón por la cual, las lechuzas, entre otros símbolos, destacan su poder.
Los genitales femeninos son considerados su mayor poder, pues, es uno de los aspectos que más aproxima a la mujer de la naturaleza. Por tal motivo, tiene participación activa en el origen de toda la humanidad, además de ser considerada matriz primera de donde surge la creación y ella conserva los secretos de la creación. Por este motivo es que entre ellos surge la creencia de que toda mujer es poderosa, pues guarda un poco de su esencia.

Ellos saben que es imposible lidiar directamente con semejante poder, entonces recurren a la sátira o al drama, única forma (indirecta) de convocar su poder, entonces los hombres renuncian ante su privilegio masculino y cubren sus caras con máscaras y se travisten de mujeres y danzan como mujeres como una forma de respeto y sumisión ante el poder de las grandes madres.
Podríamos pensar, entonces, en una mistura mítica, entre el poder femenino de Exú (Awon Iyá wa) y su nombre Bantú cargado de sentido Bombojirá.

Para nuestra concepción, nos es absolutamente extraña la idea de la participación de la mujer en la creación; para casi la totalidad de las religiones, solo puede haber un Dios creador (hombre), sin embargo, estamos viendo que existen excepción a esa regla, como las Iyá mi Xorongá y los grandes dioses fon: Mawu-Lisa, donde se reparte la creación entre mujer-hombre, (hasta donde conocemos).

Así pues, las Pombas Giras y los Exus (ancestros), son una construcción teológica que surgió aquí, en América, pues, como hemos visto, en África no existía la incorporación de Exú ancestro (Agba), una de las tantas cualidades de Exú.
De esta manera, los ancestros Pombas Giras y Exús, para algunas escuelas, linajes, tradiciones, etc., trabajan en la línea de la izquierda.

Evidentemente, si existen quienes trabajan en la izquierda, los hay quienes trabajan en la derecha, consecuentemente en oposición. Por lo tanto, para algunas Umbandas, las líneas de derecha trabajan para la luz y el bien y nuclea a los Caboclos, Pretos Viejos, Crianzas, Bahianos, entre otros, mientras quienes se manifiestan en las líneas de izquierda corresponden a las tinieblas y oscuridad, en la que trabajan los Exus y Pombas Giras como agentes del mal (Prandi; 2001).

Nos vamos a valer de algunas correspondencias y fundamentos para interpretar esta aparente dicotomía, surgida (obviamente), de la cultura dominante respecto a la visión dualista del bien y el mal. En ese sentido podríamos tomar como referencia el día y la noche, nuestro consciente y nuestro inconsciente, en cuyos límites operan los Exus realizando los equilibrios necesarios para garantir nuestra equilibrada supervivencia. Acaso, ¿no estamos conformados por luz y sombras?

Lo que está en nuestro inconsciente se encuentra vedado para nuestro consciente o realidad; según nos enseñan las Entidades Espirituales, ello podría ser perfectamente tomado como la oscuridad de nuestra realidad, pues, no tenemos total manejo o control de lo que allí existe, es más, por lo general reusamos revisar esas áreas de nuestra propia vida. Cuando asociamos a las Entidades Espirituales como seres de luz, es porque ellas ya han iluminada gran parte (no toda, por eso llegan para guiarnos) de su existencia espiritual, y no es por acaso que nosotros aún nos encontramos insertos en la materia casi oscura de nuestra existencia8.  

Lo hemos dicho en anteriores artículos, los Exus y Pombas Giras son Seres de Luz, que, además de otras, son enviados a realizar tareas en las tinieblas y zonas de transición, donde controlan, vigilan y guían (kiumbas) y seres espirituales momentáneamente detenidos en dichas zonas en proceso de evolución. Según nuestra forma de entender la creación y el universo, si ellos responden a las Entidades Espirituales y a los Orixás, lógicamente, tienen contacto directo con esas Entidades y Potestades, a buen entendedor pocas palabras bastan.

¿Se entiende ahora porque el Orixá Exú en principio y los ancestros Exús y Pombas Giras actualmente, son asociados al demonio? Es más, en nuestro universo religioso, las escuelas umbandistas más próximas al kardecismo y catolicismo, no cultuan a Exú y Pomba Gira precisamente por considerarlos un sub producto del Diablo y las Pombas Giras asociadas a las prostitutas.

Muchos médiuns, evidentemente presos de prejuicio y preconceptos, se cierran a la posibilidad de recibir en sus cuerpos a un Exú o Pomba Gira; muchos de ellos, felizmente, logran liberarse de las cadenas, acceden a la incorporación, y nos suelen comentar su experiencia como de indescriptible libertad, alegría y felicidad.

“Si você quer amor, si você quer alegría, si  você quer trabalho, pide para Exú, que ele vai te ajudar” . Este punto cantado define a Exús y Pombas Giras en toda su dimensión de posibilidades.

En nuestro caso, Centro Umbandista Reino da Mata, los Exús y Pombas Giras llegan mediante el ritual de Kimbanda, como opuesto (no contrario) a Umbanda. Veamos la siguiente gráfica que muestra la forma en que nuestra tradición interpreta la ley de los opuestos dados entre Umbanda y Kimbanda, para nosotros, no existe una, sin la otra.


Concluyendo el presente artículo, queremos recordar algunas conclusiones a las que hemos llegado en el desarrollo del mismo. 
Exú fue demonizado porque su irreverencia muestra su espíritu transgresor. Podríamos decir, transgresor de aquellas leyes , construidas al fin, por quienes ostentan el poder.
No es que Exú combata la riqueza, sino por el contrario, Exú combate la pobreza en todas sus dimensiones.
En algunos aspectos, él puede ser considerado un revolucionario, pues, lucha por la justicia, la igualdad y defiende las diferencias. 

En fin, su función principal es mantener el sistema y a nosotros equilibrados, con los Orixás, con los Ancestros y con la naturaleza naturandis y con nuestra propia naturaleza, según gráfica siguiente: 9.


Nacemos, vivimos y morimos al igual que los demás seres de la naturaleza por más insignificantes que sean para nosotros.
Nuestros guías nos enseñan que, donde hay vida, hay leyes que regulan la existencia, y si existen leyes, existen a su vez, quienes controlan que ellas se cumplan; por el bien de la vida misma o porque el Creador así lo dispone.

Morubixaba Casildo de Caboclo Pena Verde







FUENTES

Teología afro brasilera: Irene Días de Oliveira, María Elise G.B. Rivas, Erica Jorge
Exú y Pomba Gira, Organización F. Rivas Neto
Umbanda, una Religión sincrética y brasilera,
Hulda Silva Cedro Da Costa, tesis presentada al programa de pos-graduación, Universidad Católica de Goiás. (internet)
Diamantino Fernandes Trindade, História da Umbanda no Brasil - Vol. 2 (internet)



 1 Datos extraidos de IBGE, de los años 1980 0,6%, 1991 0,4% y 2000 0.3% publicado por Joao Luis Carneiro en libro: Exú y Pomba Gira
 2 Erica Jorge en libro Exu y Pomba Gira
 3 Reginaldo Prandi, Secretos guardados, op.cit
4  Rivas Neto, Exu, o grande Arcano
 5 Lísia Nogueira, Umbanda, entre la cruz y la encrucijada
6 Rodrigo García Manoel, Era uma vez…Exu, en Exú y Pomba Gira
 8 Rivas Neto, Exú o grande arcano
9 Gráfica utilizada en aula de extensión universitaria FTU Facultad de Teología Umbandista. San Pablo Br.

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