Umbanda: Arquetipo del hombre americano

"Este artículo fue presentado por nuestro centro en el Seminario Sobre Políticas Culturales, realizado en el centro de conferencias de la Intendencia de Montevideo.
La actividad fue organizada por la Casa de la Cultura Afrouruguaya y la Unidad Temática por los Derechos de los Afrodescendientes de la Intendencia de Montevideo, en el marco de Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura."

A fines del siglo XV y principios del XVI, el mundo estuvo signado por acontecimientos que cambiaron radicalmente el curso de la historia de la humanidad. La colonización del continente americano y el tráfico de esclavos, trajo consigo la confrontación cultural1 y religiosa de dos formas de ver y experimentar la vida. Una, básicamente materialista cuyo objeto fue, la búsqueda de riquezas y poder, respaldada por la religiosidad imperante que certificó en nombre de Dios, la expropiación  de las riquezas americanas y posteriormente avaló el tráfico de esclavos africanos. Otra, sustentada en una sabiduría ancestral,  surgida de la observación del universo, la escucha de la Tierra y la comunión con la naturaleza.

Resultado de ello, la supremacía de la cultura occidental judeo-cristiana que prosperó, gracias al poder militar, al naciente capitalismo y al aporte ( no menor) de una Religión2 que se encontraba en pleno apogeo de su poder eclesiástico.  Este modelo cultural, (al menos en término de lo cotidiano), era y sigue siendo, que lo importante es acumular un gran número de medios de vida, de riquezas materiales, de bienes y servicios a fin de poder disfrutar del breve paso por este Planeta.

Esta conquista de cosas materiales, se vale del apoyo de la ciencia, la cual ha logrado develar algunos de los secretos de la naturaleza a través de la tecnología en beneficio del Ser Humano. Esta cosmovisión, ubica al hombre por encima de las cosas, disponiendo de ellas a placer y nunca como alguien que esta junto a las cosas, como un integrante más que somos de esta comunidad planetaria y cósmica. 

Sin embargo, este paradigma cultural que en la  actualidad se ha convertido en un modo de vivir mundialmente hegemónico, no es más que uno entre tantos, porque a pesar de todo, aún existen vestigios de las culturas ancestrales que se erigen a pesar de la humillación, la discriminación, la intolerancia y la falta de respeto. Como oasis de alternativa ante una cultura que plantea la verdad única, la religión única, las ideas únicas, la lengua única,  intentando homogeneizarnos para mantener el poder sobre todos nosotros; ellas aún se mantienen vivitas y coleando, encendiendo nuestros sueños de un futuro mejor.

En efecto, el eje central de la cultura moderna en general, se basa en una cosmovisión  antropocentrista y eurocentrista, profundizando  la supremacía cultural, religiosa y racial. Producto de ello, la competencia, el individualismo, el exitismo y la acumulación de cosas materiales, como si ello fuese el principal objetivo de la vida.

¿En que adelanta, contar con altísima tecnología si el accionar de la misma claudica ante nuestros sentimientos y acciones? Venimos de un ensayo civilizatorio hegemónico, hoy, mundializado, que ha realizado cosas extraordinarias –sin dudas- pero es esencialmente materialista y mecánico, lineal y dualista. Ha separado la materia del espíritu, la ciencia y la vida de la Religión, la técnica y la poesía, Dios y el mundo3, y así estamos, desencantados, ciegos a las maravillas de la naturaleza, e insensibles a la reverencia que el universo causa en nosotros.

Nosotros creemos que si el planeta está enfermo, nosotros también estamos enfermos y seguramente somos el virus, que le hemos transmitido la enfermedad que el planeta padece. Muchas son las voces que dicen, que sueñan, en que estamos asistiendo al fin de esta cultura que a priorizado el poder político, el poder económico y el poder ideológico, en detrimento del ser humano, sobre todo, de los pobres.

Ante estas perspectivas, otras voces van surgiendo del anonimato obligatorio y la postergación impuesta. Nuestros ancestros, los ancestros de estas tierras y los ancestros de los pueblos africanos traídos como esclavos, se abren paso a través del colectivo religioso afroamericano, para orientar nuestras vidas y  proponer otras alternativas de convivencia pacífica.

Vean ustedes. Cuando los africanos fueron traídos América como esclavos, también llegaron junto a ellos los Orixás, dioses protectores que se manifiestan a través de la propia naturaleza, por medio de la cual, irradian y concretizan su Axé, o sea, el poder de realización.

América, su tierra adoptiva, los recibió en su seno junto a sus hijos, los habitantes naturales de éste suelo, quienes les dieron protección, alimentos y prestaron sus reinos naturales, para que allí, junto a los dioses indígenas, sus Orixás encontraran hábitat común, para proteger a sus hijos ante un enemigo en común.

El encuentro entre el habitante natural americano y los africanos fugados de las plantaciones, fue un canto al respeto y a la mutua admiración por sus creencias en las cuales no se cansaban de encontrar tantas cosas en común. Y de éste encuentro, sin darse cuenta fueron creando la identidad y el prototipo del hombre americano.

En efecto, el respeto por los mayores, el culto a los ancestros, la veneración de la naturaleza y la vida comunitaria de los indígenas, encontró su réplica en la convivencia familiar africana albergada en el soporte matriarcal, que sustentaba y fortalecía la convivencia comunitaria.

Pues sí, la colonización y el tráfico de esclavos, propició, como nunca antes en la historia del hombre, la inevitable fusión y mezcla étnica, cultural y religiosa de la raza roja, negra y blanca, contribuyendo con ello a la creación del hombre americano. Es decir, tenemos un origen multicultural y multi étnico, la diversidad es la que nos distingue, como el arco iris luego de la lluvia, así surge el hombre americano.

Ya no somos puramente africanos, somos descendientes, ya no somos puramente españoles o portugueses, somos descendientes, es más, ya no somos puramente indígenas, somos americanos. Así pues, el prototipo del hombre americano se conforma de la diversidad de las partes, ninguna con más valor que la otra, nuestro deber debería ser: preservar y perpetuar cada una de ellas con todo el respeto que nos sea posible, para garantir y conservar  nuestra identidad americana.

Que una cultura haya triunfado sobre las demás, no quiere decir por ello que sea la única y mejor alternativa para vivir y desarrollarnos espiritualmente.

Respeto implica reconocer que cada ser tiene valor por sí mismo, por el mero hecho de existir, y que al existir, expresa algo del Creador y de aquella fuente originaria de energía y de virtualidades de la cual todos provenimos y a la cual todos retornaremos al fin de nuestro proceso evolutivo.

Por todo ello, creemos que Umbanda es una Religión que puede contemplar el prototipo del hombre americano, pues contiene en sí misma, trazos de la diáspora, africana, española, portuguesa y la cosmovisión de los naturales habitantes del suelo americano.
 

Umbanda: un proceso pacífico y espiritual de realización

Umbanda es un movimiento filosófico y religioso surgido en el inicio del siglo XX a través de la congregación de todas las razas en torno a un sistema filosófico y religioso capaz de permitir la expresión de varias herencias culturales, sin necesidad de confrontación o conflictos, a través de un proceso de convivencia pacífica, con nosotros mismos, con el prójimo y con la naturaleza.

Producto de ello fue el sincretismo, que se manifestó a través de los principios religiosos de pueblos distintos en sus tradiciones regionales, como los amerindios, los africanos, los europeos y los asiáticos. Más allá del sincretismo amortecedor de las diferencias sociales, culturales y étnicas, otro factor que garantizó la convergencia de varias culturas dentro del movimiento umbandista, fue su condición de; no dogmática, no sectaria, expresada por la enorme variedad de ritos comprendidos dentro del movimiento umbandista.

Según Umbanda, la obra del creador aún no esta terminada, todo y todos estamos en proceso de cosmogénesis, porque estos eventos cósmicos que se manifiestan en el macro cosmos, también se repiten en el micro cosmos, con cada uno de nosotros. El ser humano, proviene de un largo proceso biológico (biogénesis) en que si no fuese por los elementos que de la naturaleza provienen, no existiría. Bien lo sabían y lo saben, tanto africanos como indígenas que recurren a ella con el fin de extraer el Axè, que reequilibrara nuestras energías emergentes. Nuestros ancestros cuando se manifiestan en nuestros terreiros, nos enseñan que la Religión no es únicamente para aprender fundamentos o principios religiosos, sino para aprender a vivir, a vivir en armonía con tus hermanos, con el universo y consigo mismo, porque la religación, es con todo y todos. 

Por todo lo expresado, queremos finalizar diciendo que: Umbanda es una unidad abierta en constante construcción, contemplando y acompasando la evolución del hombre, del Planeta Tierra y todos los seres que moran en cada uno de sus reinos.

Nuestra propuesta para las religiones:

El nuevo paradigma que está naciendo, el de la religación, fundará una religión universal que sólo será verdaderamente universal si busca convergencias entre las diversidades religiosas. Esas convergencias que habrá que construir, han de tener que ver con la restauración de lo sagrado que hay en todas las cosas, la dignidad de la tierra, el redescubrimiento de la misión del ser humano, hombre mujer, llamado a la celebración del misterio del cosmos y finalmente, el encuentro con Zamby Apongui, misterio de comunión y de vida, en el mismo proceso de cosmogénesis.

Nuestra propuesta para las culturas:

Para Umbanda la sociedad ideal, es aquella basada en el cooperativismo que tenga como objeto el bien en común y la evolución espiritual de todos. Que sus valores sean universales y no separatistas, eso significa la extinción del racismo, de la discriminación y las barreras geopolíticas.

Esa nueva cultura, se basará en el hecho de que somos Espíritus eternos, transitoriamente inmersos en la materia, por lo pronto el objetivo del hombre debe estar expreso en la búsqueda de atributos superiores de la personalidad, que son los que nos permitirán la convivencia pacífica con nosotros mismos, con el prójimo  y con la naturaleza.

FUENTES

Umbanda a Proto síntesis Cósmica: Yamunisiddha Arhapiagha, Rivas Neto

Patas arriba, la Escuela del Mundo al revés: Eduardo Galeano

Ecología: Grito de la Tierra, grito de los pobres: Leonardo Boff

Cabalgar el tigre: Julius Evola

Tú puedes cambiar el mundo: Ervin Laszlo

Umbanda de Pretos Viejos, la tradición popular de una Religión: Etiene Sales de Oliveira

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1 Tomado de artículo del Teólogo Leonardo Boff, sobre calentamiento global.

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2 Cultura: desarrollo de las capacidades intelectuales, morales y físicas del hombre. Conjunto de conocimientos y actividad espiritual de un hombre, una nación o una época. En antropología, toda la producción materia e intelectual del hombre.

3 Religión: Conjunto de las creencias acerca de la divinidad y de los cultos y prácticas relacionadas con ellas.  Cosa que se realiza con respeto y veneración